Abril, mes de concienciación sobre el cáncer de esófago

03/04/23     
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El Cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de mayor morbi-mortalidad del mundo. La International Agency for Research on Cancer estimó que en el año 2020 se diagnosticaron aproximadamente 18,1 millones nuevos casos de cáncer en el mundo y que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas a 28 millones de casos nuevos al año en 2040.1

En Bristol Myers Squibb trabajamos cada día para ayudar a más pacientes con nuestros avances científicos y nuestra investigación. En las últimas décadas nuestros medicamentos innovadores han mejorado la forma en la que se trata el cáncer, haciendo que la supervivencia a largo plazo sea una posibilidad para más pacientes.

Más allá de nuestros tratamientos, sabemos que el cáncer puede afectar de forma imparable muchas perspectivas de la vida de un paciente y por ello intentamos abordar todos los aspectos de la asistencia, desde el diagnóstico hasta el seguimiento de los supervivientes.

Continuando con el compromiso de BMS por visibilizar los tumores digestivos, este mes de abril, mes de la concienciación del cáncer de esófago, os compartimos información sobre este tipo de cáncer que junto con el cáncer gástrico forma parte de los tumores esofagogástricos.

¿Qué es el cáncer de esófago?

El esófago es un órgano en forma de tubo, de alrededor de 25 cm de longitud, que transporta los alimentos a través de la garganta y el tórax hacia el estómago. 2

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Este órgano se puede dividir en tercios: superior (más cercano a la garganta, medio (localización en el tórax), e inferior (más cercano a la unión con el estómago). Esta zona de unión entre los dos órganos se denomina unión esofagogástrica, y se encuentra alrededor del cardias. El cardias es un anillo muscular que evita el paso de la comida de vuelta al esófago, una vez ha entrado en el estómago.

El cáncer de esófago3 es un término general con el que se denomina a cualquier tumor maligno, que surge de las células de alguna de las capas del esófago.

Existen dos tipos principales, que dependen del tipo celular de origen: carcinoma de células escamosas y adenocarcinoma.

El carcinoma de células escamosas se produce principalmente en los tercios superiores del tubo. Y el adenocarcinoma, que se inicia en las células glandulares, sobre todo en la parte más inferior del tubo. A veces, las células escamosas de la parte más cercana a la unión pueden pasar a convertirse en células glandulares, lo que se conoce cómo Esófago de Barrett, el cual es un factor de riesgo para el adenocarcinoma.

Prevalencia e incidencia del cáncer de esófago

A nivel mundial, el cáncer de esófago es el 9º tipo de cáncer más frecuente y la 6ª causa de muerte relacionada con cáncer en todo el mundo4. El cáncer de esófago es más frecuente (más del doble) en el hombre que en la mujer. Y la mediana de edad al diagnóstico son 68 años.5

Según el informe anual editado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), “Las cifras del cáncer en España 2023”, el número de nuevos casos diagnosticados de cáncer de esófago en España, estimados para el 2023 asciende a 2.302. La prevalencia a cinco años del cáncer de esófago en España en 2020 es de 2.699 casos, en varones, y en mujeres, 665 casos.6

En cuanto a los tipos de este cáncer, el 90% de la población mundial presenta cáncer de esófago de células escamosas, frente a un 10% de adenocarcinoma. Sin embargo, en países occidentales (como España) esta distribución es diferente, con una mayor proporción de adenocarcinoma.5

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo más comunes para el desarrollo del cáncer de esófago se encuentran:

  • Consumo de tabaco
  • Alcohol
  • Obesidad
  • Dietas inadecuadas (insuficiente cantidad de fruta y verdura)
  • Esófago de Barrett
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico
  • Factores genéticos

El cáncer de esófago (adenocarcinoma) tiene características similares al cáncer gástrico, compartiendo factores de riesgo como la obesidad, el reflujo gastro-esofágico y el consumo de tabaco y alcohol. 5

El esófago de Barrett es uno de los factores de riesgo principales para el desarrollo de adenocarcinoma de esófago. Es una condición que ocurre cuando las células escamosas de la parte más cercana a la unión pasan a convertirse en células glandulares (por la exposición continuada al ácido del estómago).  La dieta puede ayudar a tratar los síntomas del reflujo. 7

Síntomas y diagnóstico

En muchos casos el cáncer de esófago puede no causar síntomas hasta que ha alcanzado una fase avanzada. Los síntomas también pueden confundirse con condiciones no relacionadas con el cáncer, incluyendo 5:

  • Tos o ronquera
  • Dificultad para tragar alimentos sólidos
  • Acidez o indigestión
  • Pérdida no intencionada de peso
  • Debilidad por anemia
  • Dolor torácico en ausencia de enfermedad cardíaca

Si estos síntomas se mantienen en el tiempo y además tienes algún factor de riesgo, no dudes en consultar con tu médico. Y no olvides que está en tu mano modificar tu estilo de vida para ayudar a la prevención.

El diagnóstico inicial de cáncer de esófago se basa en la historia clínica (datos que le cuentas a tu médico), la exploración física, análisis de sangre y endoscopia (esofagogastroscopia). 8

Innovación Terapéutica. Biomarcadores

Las opciones de tratamiento dependerán de varios factores, como el tipo de cáncer de esófago, la extensión de la enfermedad y la situación de cada paciente.

Entre los tratamientos disponibles hoy en día están:

  • Tratamientos endoscópicos: varios tipos de tratamiento que se pueden hacer al introducir un tubo largo y flexible de la garganta al estómago. 9
  • Cirugía: eliminando el tumor en fases iniciales de la enfermedad mediante una intervención
  • Quimioterapia: destruyendo las células del cáncer impidiendo su crecimiento y división.
  • Radioterapia: mediante radiación de alta energía que destruye las células cancerígenas.
  • Terapias dirigidas: enfocándose en alteraciones específicas de las células del tumor
  • Inmunoterapia: potenciando o restableciendo la acción de las células del sistema inmunitario en la lucha frente al cáncer.
  • Existen biomarcadores (alteraciones que se pueden medir en la muestra del tumor) que ayudan a seleccionar algunas de estas terapias dirigidas e inmunoterapias para cada paciente. 10

 

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